Misterio, nostalgia y canguelo es lo que sentimos al observar los fantasmas que aparecen en las imágenes de Angela Deane. La artista estadounidense recoge fotografías antiguas y pinta a sus protagonistas con mantos blancos, transformándolos en fantasmas con costumbres muy terrenales. Estos seres simbolizan lo que se ha ido pero no se ha olvidado. Un rastro de lo que ha existido; el paso de una memoria que no va a dejarnos ir fácilmente, ya sea buena o mala.